RAFAEL Y. ARZUAGA
Soy Rafael Y. Arzuaga, un artista de pipas cubano. Y desarrollo mis creaciones junto a mi esposa Zuzel Rodríguez Rivero, a la que le confío mis piezas para incorporar los finos acabados y la delicadeza de las líneas y formas que encontrarás en cada una. Hace 20 años estoy creando pipas con materiales escogidos, especialmente de productos locales e internacionales. La madera cubana y el diseño individual, hacen de cada una de mis pipas algo especial. Mis diseños están inspirados en la naturaleza, la música, y las delicadas curvas de la belleza femenina. En ellas se refleja suavidad y ergonomía con un estilo auténtico.
Tengo mi atelier en La Habana y en España y desde allí estoy desarrollando nuevos proyectos junto con mis clientes. Presento mis colecciones en ferias internacionales y tengo clientes en todo el mundo. Mi formación como artista en el mundo de las pipas es autodidacta. En mi tiempo libre me encanta practicar ciclo montañismo con mis amigos y esposa, enseñar a mi hija parajes de nuestra isla bonita en bicicleta.
YO Y LAS PIPAS
Al terminar la mili, ya estaba motivado por la pasión de algunos compañeros que fumaban en pequeñas pipas improvisadas, con la espina de un árbol y una pajita de bambú, entonces, sentí interés en conocer más de aquella peculiar manera de fumar, la que luego se convertiría en una de las pasiones más grandes que hoy tengo.
Afortunadamente, al comienzo de mi integración laboral en una carpintería, volví a encontrarme con aquel mítico objeto: ¡una pipa! Después de horas enteras de charla sobre la historia que encierra una pipa, quedé atrapado por el apasionante arte de realizarlas y entonces, comencé a tallarlas totalmente a mano, sin ningún conocimiento, ni material adecuado, solo sabía y estaba seguro, que quería hacer una pipa.
En el año 2000 conozco a la persona que hoy es mi esposa y compañera de trabajo, gracias a ella y a su familia pude dedicarme enteramente a la realización de pipas de manera profesional.
Mi formación como artesano de pipas fue autodidacta, como también lo fue la escultura en miniatura y mediano formato; fui adquiriendo experiencia, estudiando en los libros antiguos que contaban y mostraban como debía ser una pipa por fuera y por dentro, además de practicar cortando pipas viejas que me traían los amigos, para mejor descubrir y entender cómo debía funcionar; de esa manera, fui perfeccionado mi técnica, permitiéndome realizar nuevos modelos.
En el año 2001, decidimos presentar mis primeras pipas en el Festival del Habano en Cuba, junto a mi nueva familia. Este espacio se convirtió en el único sitio en el que podíamos mostrar mis piezas. Durante 15 años mantuve una participación estable y pude conocer coleccionistas y casas de pipas, como la Piterson y la Murray Freen, con la que mantuve una colaboración en la fabricación de pipas a Inglaterra, adquiriendo más conocimientos con expertos de este arte. En cada Festival del Habano en Cuba, durante los cinco días del evento, intercambiaba experiencias a la vez que exponía mis trabajos.
Estaré siempre muy agradecido de mi familia, de mis amigos que me dieron todo su apoyo, de todas aquellas personas que siempre están pendiente de mis nuevos proyectos y en especial a mi pequeña hija Lía y de mi esposa Zuzel, que es parte importante de esta obra a cuatro manos. Y de esa persona que desde el día que me conoció, me acogió como a un hijo, dándome todo el apoyo y motivación para que me convirtiese en lo que hoy soy, un Artesano de Pipas, Miguel Ángel Rodríguez Miranda, a ti agradezco a donde he llegado.